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viernes, 6 de noviembre de 2009

MÁS DE AMBIENTE

El cambio climático ¿culpa de su asado?
verde.latam.msn.com



El hombre que firmó en 2006 uno de los más influyentes informes sobre cambio climático, el británico Nicholas Stern, ha destacado el impacto que tiene la producción de carne en las emisiones de gases de efecto invernadero.

Parte de ello se debería al metano que expulsan los animales cuando hacen la digestión. ¿Pero cuáles de estos animales son los que más contaminan?

Una dieta que se base en un gran consumo de carne conlleva más emisiones que una dieta típica vegetariana, sostiene Stern.

En una entrevista con la BBC, el autor del llamado Informe Stern, comisionado por el gobierno británico, condena la "enorme presión" que la producción de carne ejerce sobre los recursos naturales del mundo.

En la misma línea, un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estimó en 2006 que la ganadería en todo el mundo genera el 18% de los gases de efecto invernadero, en comparación con el 13% generado por todos los carros, trenes, aviones y barcos del planeta.

Menos bosques, más pastos

La relación entre el consumo de carne y la emisión de gases se basaría en distintas variables, entre ellas la eliminación de los bosques para dar lugar a pastos o a producción de soya para consumo del ganado.


Otros elementos que tendrían impacto en las emisiones incluirían la cría y matanza del ganado, su transporte, refrigeración y el propio acto de cocinar la carne.

Además, está el óxido nitroso, gas de efecto de invernadero en el estiércol de los animales, junto al metano -que expulsan a través de sus flatulencias-, que también contribuye al efecto invernadero.

Si se estudia molécula por molécula, el metano tiene, por ejemplo, mucho mayor efecto en el cambio climático que el dióxido de carbono.

Como se observa en el gráfico de arriba, la emisión de metano es mucho mayor entre las vacas (sobre todo por sus eructos) que entre otros animales.

¿Vegetarianos? No es suficiente

Sin embargo, dejar de comer carne no sería el fin del problema, sostienen muchos científicos.

Para empezar, la mayoría de las vacas responsables de las emisiones de metano no son criadas para alimento, sostiene Elaine Matthews, experto del Instituto Goddard para Estudios Espaciales, de la NASA.

Las variedades de ganado criadas en países no occidentales a menudo se destinan a otros usos, como el transporte. Además, su número es mucho mayor que el de las vacas destinadas a leche y carne en Europa y América del Norte.

Por otro lado, según el grupo ecologista Amigos de la Tierra, el metano del ganado sólo sería responsable del 6% de las emisiones de gases invernadero. El principal problema, dicen, reside en la intensidad en la explotación del ganado.

En cualquier caso, la gente come cada vez más carne y productos lácteos.

La producción global de carne podría duplicarse en los próximos 50 años (de 229 millones de toneladas en 1999-2001 a 465 millones en 2050). Además, se estima que la producción de leche también subirá de los 580 millones de toneladas actuales a los 1.043.

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